En el dentista, hasta el sillón marca la diferencia

¿Alguna vez has pensado en ello? No es raro elegir al odontólogo en base a su fama, a lo que en la zona “se dice de él”, a lo que nos han dicho familiares y amigos. Y por supuesto que tiene razón: el boca a boca, después de todo, es una de las mejores formas de publicidad. Un dentista válido, preparado, competente y empático en el momento adecuado es sin duda lo que todos queremos. Y, sin embargo, hay muchos otros pequeños detalles que pueden (y deben) llevarnos a elegir un dentista, o mejor dicho, un consultorio dental, en lugar de otro. Entre estos, el sillón. Pues sí, has acertado. Pero, ¿cómo puede incluso el sillón marcar la diferencia? Averigüémoslo juntos. 

Nada más entrar en una consulta dental, nuestra percepción del tipo de entorno en el que nos encontramos y el ambiente que respiramos también marca la diferencia. Tener un sentimiento de bienvenida es realmente esencial. A esta sensación contribuyen la higiene y el orden de los propios ambientes, la actitud hacia nosotros que nos recibe en la recepción, el equipamiento tecnológico que ya podemos observar y notar a simple vista. Y, por último, pero no menos importante, el sillón en el que estamos hechos para sentarnos.

Hay sillón y sillón.

El momento en el que nos hacen sentar en el sillón del dentista se puede vivir con extrema tranquilidad pero también con un toque de ansiedad y aprensión. ¡Después de todo, incluso aquellos que no sufren de miedo al dentista nunca se sienten completamente cómodos frente a una unidad dental! Y sin embargo, es muy cierto que hay un sillón y un sillón. Presta atención: hay sillones capaces de ofrecer un confort superior y un grado de comodidad muy elevado . El reposacabezas es anatómico al igual que el asiento, tenemos la posibilidad de relajarnos, el asiento es estable, no sentimos demasiadas vibraciones durante el tratamiento, se puede acercar a la cubeta de enjuague bucal haciendo menos difícil el enjuague…..estos son los sillones en los que casi podríamos quedarnos dormidos! Y no solo:el propio odontólogo , al tener que trabajar al lado de un sillón tan bien estructurado, podrá moverse entre nosotros con agilidad y discreción.

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